lunes, 25 de junio de 2012

Albacete: cuando tocar rodilla significa seguridad y disfrute...

Buenas tardes mis estimados lectores,

Hoy vengo a relataros mi 4ª incursión en circuito de la temporada (7ª en total). el pasado fin de semana rodé en Albacete, circuito talismán para muchos pilotos, del cual se comenta que es tan fácil y plano que te acabas confiando y al final del día puedes irte al suelo, como desgraciadamente le pasó a un colegui.

Esta vez habíamos quedado varios compis del foro que suelo frecuentar, así que había ganas de pasarlo bien, poner cara a la gente, y para qué engañarnos... hacernos unas carreritas con el puñal entre los dientes. Que para algo es un circuito.

Tras cargar mi moto y la de Agustín, mi compi de batallas, partimos de Madrid el sábado a mediodía, sin prisas. Esta vez al 207 de mi chica le tocó tirar de dos motos, motivo por el cual yo iba un poco acojonado, ya que un mes antes yendo a Kotarr el pobre coche no pasaba de 60 km/h en las cuestas... y eso que solo iba con mi moto.


Pero para mi sorpresa el coche aguantó como un campéón, con cruceros de 110 km/h llegamos sin percances. Bueno, miento, según salimos de Madrid recibí una llamada de Agustín, que iban en su coche detrás nuestro para vigilar el carro y las motos, diciéndome que su moto se estaba inclinando y que una cincha se había soltado. Vaya susto! parada de emergencia en plena M-40 para asegurarlas bien. Ya no se volvieron a mover, pero ya fuimos todo el viaje de ida intranquilos.


El mejor consejo que puedo dar a alguien que esté empezando con el tema del circuito y no sepa cómo subir/ atar/ conducir un remolque con moto/s, es que es mejor preveer todo y perder 15 minutos en asegurarte que está todo bien atado y controlado a tener que estar pendiente del retrovisor, con el corazón en un puño temiendo que a tu moto le dé por caerse a 110 km/h en plena autopista. Jamás hagáis como este pobre infeliz:


Finalmente llegamos a Albacete, y tras perdernos, preguntar, dar alguna vuelta, y dejar por fin las motos y el carro en el circuito, nos fuimos a cenar por Albacete. Nos juntamos un grupo de 10 personas, lo cual siempre complica la elección de un lugar común, así que nos sentamos en el primer bar que vimos con terraza libre.


Craso error. La comida era una mezcla yankee-ecológica de dudoso gusto, y lo que es peor, tardaron una hora de reloj en servirnos. Así que cenamos mal y tarde, y la pizza que desgraciadamente elegí, me dio la noche. Y no, no eran los nervios por rodar al día siguiente, era la masa de la pizza que peleaba dentro de mi estómago evitando morir en los intestinos.

Para más inri, unos desgraciados con ganas de tocar los cojones llegaron al hotel a eso de las 3 a.m., y se pusieron a aporrear todas las puertas de nuestra planta, gritando, dando portazos, corriendo, etc. Igualito que en los campamentos cuando tenía 15 años. La diferencia es que esos capullos sobrepasaban la treintena. Y que yo tenía que pilotar en pocas horas. Lo peor de todo es que creo que esa panda de payasos eran pilotos de la rodada nocturna, y supongo tendrían ganas de terminar la fiesta en el hotel, sin tener en cuenta que había otros pilotos que corríamos en pocas horas. Solidaridad motera le llaman. A la 5ª vez que aporrearon nuestra puerta me levanté de la cama como una exhalación, salí al pasillo y me puse a dar voces, ante lo cual un vejestorio y un niñato con el pelo punta (un cani de toda la vida) se asomaron envalentonados de la puerta vecina diciendo "tranquilo hombre, que no es pa tanto", pero al ver mi tamaño (os recuerdo que mido 1,95 jeje), mi manifiesto cabreo y sobre todo, mi cara de Hulk, decidieron meterse en su habitación como niños buenos.

retrato bastante real de mi reacción nocturna :P

Al día siguiente, como era tempranito por la mañana, me quise enterar de la actualidad, así que puse el telediario matutino en la TV. A todo volumen claro, ya que me tenía que duchar y no quería perderme las noticias. Además así mis queridos vecinos se enteraban de que la prima de riesgo sigue subiendo jijijiji.

Bueno, una vez relatado el inciso de los incidentes, vuelvo al tema circuiteril, que es a lo que hemos venido.

Desayunamos (muy bien por cierto), cargamos el coche, y para el circuito! tenía ganas de probar el asfalto manchego. Bueno, de probarlo no, de conducir sobre él. Llegamos, desmontamos rápido (qué maravilla tener las motos dentro del box esperando a ser montadas), fuimos a saludar a la gente box por box, y para el briefing. Pero el fin de semana no parecía enderezarse, ya que el tiempo pasaba, y nadie salía a pista, los rápidos salían a las 10:00, y mi grupo de medios debería haber salido a y 20, pero eran las 10:30 y el semáforo seguía en rojo. Total, que me acerqué al box de TF Racing, y ante mi asombro, me dijeron que "el médico no ha venido aún, y el director de pista no la abre hasta que no llegue". Al final abrieron pista a y 40 y retrasaron el horario 40 minutos, una putada para los que teníamos viajecito de vuelta. Luego me enteré que al médico se le había olvidado que había rodada, pa matarlo.

Estrenaba estriberas de serie, ya que las retrasadas que llevaba me mataban las rodillas, y según un monitor de Kotarr me "limitaba" el pilotaje (cuánta razón llevabas David!), así que las intercambié con un compi de Madrid antes de la rodada (un saludo Miguel!). Además, aprovechando el montaje, puse cambio invertido, que en la GSX-R es cuestión de aflojar/apretar un tornillo y girar la varilla. Así que las primeras vueltas tocaba ir despacito y con buena letra.

CIRCUITO ALBACETE
11:00. Por fin tocaba entrar a pista. Semáforo en verde, pongo la 1ª (para arriba Romerales!) y GASSS!!!!!

Es cierto que el circuito es facilito, lo cual no quita que también sea muy divertido. Tiene varias curvas en las que puedes pasarlo bien y recrearte con las deslizaderas. Mis curvas favoritas eran la 9 y la 15. El trazado es amplio, permite errores, las escapatorias me parecieron grandes (aunque gracias a quien sea no tuve que probarlas), y el grip, sin ser yo un experto ni mucho menos, me pareció muy bueno. He olvidado un detalle importante al respecto, y que marcó toda al jornada. Estuvimos todo el día por encima de los 30º, llegando a los 34º. Vamos, que nos achicharramos. Menos mal que el mono que tengo es perforado, lo cual sumado a las ansias de rodar hacía que estuviera como loco por montarme a la moto. Me encantaba la sensación de salir del box sudoroso y cansado, dar gas e ir sintiendo el aire circulando por el cuerpo.


Fueron pasando las vueltas y me sentía realmente cómodo. Las estriberas de serie fueron una gran ayuda para ir agusto y descolgar sin tener miedo a dislocarme las rodillas.


Eso de los slicks + calentadores permiten salir a saco desde la 1ª vuelta, y eso se agradece, mientras ves a las motos de serie o con neumáticos rayados calentando gomas o haciendo eses (que no es lo mismo), tú ya estás pensando cómo, dónde y cuándo pegarles el hachazo jijiji. Me encontré águsto en el nivel de medios, durante toda la jornada me pasaron unas 5-6 motos (un par de R1, una ZZR 1400, una R6R y alguna más).

Gracias a Javi pude tomar algún tiempo (el lap-timer chino solo me funcionó bien una tanda) y parece que llegué a rodar en 1'55", tiempo que puedo considerar como bastante bueno, teniendo en cuenta que era mi primera vez en Albacete, estrenaba estriberas y también el cambio invertido (con el cual no acabé del todo contento, tenía que pensar antes de bajar marchas para entrar en curva, y eso penaliza mucho).
Mientras tanto, la Benemérita paró a un piloto que se le ocurrió entrar al circuito en pelotas, bien multado señor agente!

En las últimas tandas me dediqué a mejorar la trazada, apurar un poco más las frenadas, mejorar la postura de los antebrazos y a deleitarme con el sonido de la deslizadera rozando el asfalto. Es curioso, porque mucha gente relaciona tocar rodilla con temeridad o riesgo, pero nada más lejos de la realidad. Yo acabo de comenzar mi andadura en los circuitos, pero me doy cuenta que al escuchar ese delicioso sonido "gsjjjjsskkjjjjrrsssssssjj" te sientes tranquilo, confiado y seguro de tu pilotaje, sabiendo en todo momento dónde va la moto, dónde vas tú y dándote pistas de cómo manejarla.


No tuve sustos reseñables en todo el día. Me hice un mini-recto (sin llegar a salir del asfalto) y tuve que frenar fuerte una vez al ver la rueda trasera del piloto que me precedía a un palmo de la mía, pero poco más.

La última tanda nos la saltamos, más por el viaje de vuelta que por el propio cansancio, ya que yo la habría corrido encantado. Pero nos esperaban 3 horas de vuelta, descargar motos, descargar equipaje, y al día siguiente había que trabajar. De todos modos no me importó tanto no correr la última tanda porque es la más traicionera: ya conoces el trazado y estás confiado, quieres ir rápido para bajar el crono... pero tu cuerpo y tu cabeza ya no responden igual. Esta rodada no fue una excepción, ya que en esa última tanda cayeron una GSX-F  y una Buell. Una penita verlas rebozadas en el mismo box (a los pilotos no les pasó nada).

Me sorprendió gatamente comporbar mi aguante tanda tras tanda sin sufrir un gran cansancio. Empiezo a notar el efecto positivo de estar en forma cuando vas encima de la moto Y es que haber perdido 10 kilos en los últimos meses hacen que me note más ágil para manejar la moto y moverla de curva a curva. Además ahora ya no voy embutido en el mono jeje.

Acabé la rodada cansado, sudado, sediento... pero feliz. Feliz por ir acercándome a los límites, feliz por haber ido a un ritmo decente, feliz por encontrarme al fin cómodo en la moto. Feliz en definitiva por disfrutar de esta pasión rodeado de buena gente y acabar la jornada entero y de una sola pieza (tanto yo como mi montura), que es lo más importante.

Así que al acabar la 7ª tanda tocó recoger bártulos, subir y atar las motos al remolque y despedirnos de la gente.


Esta vez pensamos mejor cómo atar las motos y empleamos 5-10 minutos extras para asegurarnos de tener un viaje tranquilo. Y así fue, tras cerciorarnos de que las motos no se movían ni un ápice, cogimos carretera y de vuelta para Madrid. Cansados pero contentos.

Albacete, un placer rodar en tu asfalto. Volveré!

PD: no puedo finalizar esta crónica sin agradecer (una vez más) a mi chica, Valentina, que me acompañase hasta Albacete, con 32º a la sombra y sin nada interesante que hacer más que aguantar mis nervios, sacar fotos, ayudarme con los calentadores, y conducir... gracias negrita! :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario