jueves, 7 de junio de 2012

Primera ruta a dúo: 4 bodas y (casi) un funeral.

Buenos días moteros, bloggeros, y lectores en general,

Hoy vengo a contaros lo que dio de sí nuestra primera ruta en moto a dúo.

Tenía muchas ganas de compartir esta afición, este hobby, esta pasión con mi alma gemela, ya que aún disfrutando cuando voy de ruta con la moto, o cuando voy al circuito, siempre echaba en falta esa maravillosa sensación que es compartir algo que te apasiona con la persona que quieres. Mi chica, Valentina, ha sido muy paciente conmigo y con mi afición a las motos, con mis interminables horas en foros, horas y horas hablándole de la moto, de la próxima rodada, aguantando ausencias meintras me hacía una rutita pir aquí o una Transpirenaica por allá. Así que este año, al ser inminente el cambio de moto, en la elección del modelo pesó bastante el hecho de querer introducirle poco a poco en este mundo.

Así que una vez equipada mi chica de arriba abajo, con casco, pantalones, chaqueta y guantes (nos faltan unas buenas botas), fijamos la fecha, y yo elegí la ruta. Fue este sábado pasado, y la ruta que hicimos es la siguiente:


Como veréis se trata de una ruta cortita, no quería que mi chica se empachara de kilómetros la primera vez. Así que saliendo de nuestro barrio, Chamberí, enfilamos hacia la M-607, para ir pasando por Soto y Manzanares del Real, Navacerrada, Rascafría, Miraflores de la Sierra, y vuelta a casa pasando por San Agustín de Guadalix. En total fueron unos 220 kms aproximadamente, que hicimos plácidamente aproximadamente en 6 horas, con paradas incluidas.

Como digo nos lo tomamos con mucha calma, ya que aunque mi idea era estar en ruta a las 10 de la mañana, finalmente hasta pasadas las 11 no estábamos saliendo del garaje. Pero no importa, gustándole como le gustaa mi chica despertarse poco a poco y sin prisas, no es plan que relacione la moto con madrugones. Eso sí, cuando vengan Julio y Agosto y apriete el calor (aunque ahora no es que haga fresco precisamente), tocará dejar las sábanas antes para aprovechar esas primeras y frescas horas del día. O al menos lo intentaremos ;)

Pues bien, tras preparar el picoteo y bebercio que nos llevaríamos a modo de pic-nic, disfrazarnos de moteros con la cordura (mi chica se sentía rara y decía que no le gustaba ir como un power ranger) y subirnos a la V-Strom, salimos a la carretera dispuestos a disfrutar de un día que nos depararía muchas satisfacciones, bonitos pasiajes, relax, y algún que otro susto. Pero todo a su tiempo.

Se me ha olvidado comentar que para rutear con mi chica he comprado unos intercmomunicadores chinos, los BT Multi-Interphone. 

Lo hice en la web de Dealextreme, tras leer varias opiniones positivas y convencerme que a pesar de ser de Hong-Kong eran fiables y de calidad. Pudimos probarlos en casa y en una mini-ruta anterior a esta, y hay que reconocer que funcionan a las mil maravillas. El problema es que el día antes de la ruta que os estoy describiendo, decidí confirmar el tópico del vasco bruto, y apretando el auricular para dentro con ahícno me cargué el invento :/ así que tuvimos que salir de ruta sin los chismes estos tan útiles. Bueno,así tendría motivo para no darle al mango, e ir lento para poder comentar alguna cosita en plena ruta con mi "artillera". Ya tengo encargado otro.

He de decir que de la ruta apenas no tenemos muchas pruebas gráficas (vamos, que no sacamos muchas fotos), ya que siendo como era la primera vez, preferimos centrarnos en la conducción, la postura, etc. "antes de aprender a correr hay que aprender a caminar". La siguiente ruta quizá mi artillera se anime a sacar la ametralladora en su puesto de ataque y os deleite con sus fotos, las cuales sabe cómo sacar ya que le gusta el mundo de la fotografía, y tiene una buena cámara para ello.

De todos modos, alguna foto sí que pude sacar con mi móvil. Ésta es (y será) nuestra fiel escudera durante (espero) múltiples, lejanos y divertidos viajes.


Estoy pensando que deberíamos ponerle nombre... alguna sugerencia amigos?

Pues nada, la ruta comenzó tranquila, tratando de coger el feeling y charlando de vez en cuando, si bien es cierto que yo en el comienzo no iba lo cómodo que me gustaría Estaba intranquilo quizá por ser la primera ruta seria para mi chica, y porque a pesar de tener un sol radiante a nuestra salida de Madrid, según nos íbamos acercando a la sierra se veía un cielo plomizo, amenazante y desalentador. Vaya! qué mala pata la nuestra, toda la semana con temperaturas insoportables por encima de los 30º, y cuando llega el momento de disfrutar esa temperatura, va y se jode. Al llegar a Navacerrada el termómetro marcaba 13º. Menos mal que habíamos llevado el forro térmico de la cordura (que siendo de verano, es una simple tela de "rejilla") y pudimos pasar esos tramos con más gloria que pena.

Cogimos el desvío hacia Rascafría, y a pesar del frío, veía a mi chica feliz, ella me decía que iba cómoda, y esta disfrutando del paisaje, del aire en la cara, de ser parte del asfalto, en definitiva, de la sensación de libertad que solo la moto te puede dar :)

Antes de llegar a Rascafría observamos desde la carretera la belleza del monasterio de El Paular, y sin estar programada una parada, decidimos hacerla y darnos un garbeo para ver qué nos encontrábamos. Y ya de paso estirábamos las piernas. Compramos la entrada del Tour por dentro (3€), y tras esperar pacientemente a que acabara la misa, un amable y divertido monje nos contó la historia de este monasterio que hace poco celebró los 600 años de vida, y de cómo tras la amortización que hizo que pasara a manos privadas, se les había dado la gestión a su orden Cartuja desde hacía algo más de 50 años. Y lo tenían perfectamente cuidado y reformado, todo hay que decirlo. Nos impresionó la belleza de sus estancias interiores. No soy amigo de sacar fotos a monumentos, me resultan aburridas e insulsas, pero al no tener muchas fotos de la ruta, os ilustraré con una foto del monasterio. Es del retablo, increíble obra en alabastro del siglo XV, la más grande en Europa. Impresionante.



Tras escuchar las historias y anécdotas del monje, nos fuimos de nuevo hacia la moto (me encanta la sensación de estar deseando volver a montar en ella), y proseguimos la marcha habiendo conocido y visitado algo nuevo.

Llegó el turno del puerto de la Morcuera, y ahí ya empecé a disfrutar de la moto y del asfalto, comencé a recuperar poco a poco el feeling de mis rutas años atrás. La temperatura iba aumentando, me sentía confiado, veía a mi chica a gusto, y yo me contagié de su entusiasmo, así que empecé a trazar las curvas una tras otra con suavidad y con determinación. La carretera era nuestra, no había apenas tráfico, solo veíamos vacas, nubes, y un aire puro que teníamos ganas de respirar. Esto marchaba!



Iba llegando la hora de comer, así que tocaba buscar un lugar agradable para deleitarnos con un merecido pic-nic. Así que tras descartar una mesa que vimos en el alto del puerto, por soplar el viento y quedar poco resguardada, decidimos parar en una fuente que estaba recogida, y además nos ofrecía sus dos robustos bancos de piedra para descansar y poder degustar los aperitivos que habíamos metido en el Givi Maxia de 55 litros.


Tras saciar nuestro apetito con ricos aperitivos que habíamos cargado (qué bien sienta el salmorejo fresquito!), decidimos re-emprender la ruta. Tras comer siempre subes con más pereza a la moto. Cuesta más trazar, el estómago está en plena digestión y al concentrarse mucha sangre alrededor del mismo, el cuerpo digamos que está a otra cosa. Aún así, mi intención era enfilar hacia la M-604 pasando por el angosto pero precioso puerto de Canencia. Pero cuál fue mi sorpresa cuando al querer coger el desvió que hay en Miraflores de la Sierra vi en su cartel una enorme aspa roja y un mensaje: "cerrado por prueba deportiva". "Vaya, debe haber un rally o algo así" pensé. Entonces vi cómo bajaba una Moto Guzzi y decidí preguntarle a su jinete qué ocurría. Resulta que Mutua Motera había organizado un curso de conducción segura en carretera abierta, y  tenían cortada la carretera desde la zona del pic-nic hasta el final del puerto. Adedmás de explicarme aquello, el amable motero, el cual venía de realizar el curso, me dio dos bolsas con todos los folletos e información que le había dado la Mutua. Todo un detalle. Aún así, como buen vasco, a cabezón no me gana nadie, así que enfilé el puerto de todos modos "para ver qué nos encontrábamos". Al poco de iniciar la marcha nos encontramos con un camión cruzado y un operario que amablemente nos dijo lo del curso, pero que si queríamos podíamos ir hasta que estuviese cortado y volver. Cosa que hice.

Por cierto, he olvidado comentar que en la parada del avituallamiento observé cómo el famoso  defecto de las V-Strom y su estribera trasera es cierto, mirad cómo estaba la estribera trasera tras apenas 3 meses y 2.000 kms:


Me parece una vergüenza que una moto nueva, y con tantos años en el mercado tenga este defecto, el cual me parece grave porque conlleva un riesgo para el pasajero. En fin, me tocará poner unas bridas y pegamento. Mal Suzuki, mal.

Tras hacer una breve incursión de ida y vuelta por el puerto de Canencia, decidimos parar a tomar un cafelito que nos diera fuerzas para lo que quedaba de viaje, aunque hay que decir que apenas nos sentíamos cansados, más bien atolondrados por la comida que acabábamos de ingerir y el calor que ya se dejaba notar. Total, que ya siendo las cuatro de la tarde pasadas, a pesar de tener yo en mente alargar un poco más la ruta, decidimos (con buen criterio) emprender ya la vuelta a casa. Mejor irse con buen sabor de boca y frescos que no llegar tarde y cansados. Así que de nuevo a montar en nuestra escudera fiel (tengo que ponerle nombre), y de vuelta a casa.

Tal y como os he dicho al comienzo del relato, resultó ser una ruta placentera pero que depararía "algún que otro susto".

Pues bien, el primero de ellos, si bien no lo considero susto, sí fue cuanto menos una cosa curiosa. Y es que en plena ruta se me cruzó una  serpiente a apenas 10 metros de la rueda delantera. No hablo de una culebra no, hablo de una serpiente, de un tono amarillo verdoso, cuto tamaño estimo que era mayor al metro de largo, y de un grosor importante, como el brazo de un ser humano. Cruzó la carretera así como con prisa, en su estilo zigzagueante y sin mirar a los lados. Nuestro gran amigo (y defensor de las motos) Pere Navarro debería haber hecho campañas de educación vial a los animales de los bosques españoles. Así sí que nos ahorraríamos muertes de moteros. Y muertes de animales también. No con tanto radar escondido y controles "por nuestra seguridad". Menos mal que Pere nos ha abandonado, o más bien le han echado...


Esta foto la he sacado de google, pero algo así fue lo que pasó delante nuestro.

Pero lo de la serpiente tan solo era un aviso de lo que nos esperaba más adelante. Ya que al rato, en la carretera que une Miraflores con Soto del Real, yendo a unos 80 km/h, una señora decidió saltarse a la torera la normativa vial, y le dio por jugar con nuestras vidas, ya que se incorporó a la carretera desde un camino rural, sin mirar si venía alguien por la carretera. Y sí, venía alguien. En sentido contrario, nosotros encima de la moto, y en el de su marcha, un Mercedes. Así que ahí estaba yo, con mi chica detrás en su primera ruta en moto, yo con una moto que aún no me ha dado tiempo a conocer, a 80 km/h, y a escasos 20-30 metros una señora con su Nissan Almera (sí era ese modelo, se me quedó grabado a fuego) que había decidido que en la carretera solo estaban ella y su coche, y que además había dejado cruzado en medio de la calzada al vernos encima suya y quedarse paralizada. Vaya situación! no os la deseo a nadie. Para nuestra alegría ( ya la de nuestras familias), salimos airosos del percance. En parte creo que debido a la pericia aprendida en mis años de conducción en ciudades como Barcelona o Madrid, la cual hace que mi sentido "arácnido" esté siempre alerta y frene en cada cruce, aunque tenga yo la prioridad. En parte gracias a que el conductor del Mercedes con su cara de "pero qué coño!" frenó viendo el panorama y me dejó pasar por su carril. Aún no sé muy bien cómo, pero conseguí frenar a tope sin tirar la moto (el ABS no saltó para mi sorpresa, o si lo hizo no me enteré) mientras giraba todo lo que podía hacia el otro carril, para pasar rozando el morro del Almera, mientras le pegaba una pitada monumental a la señora temeraria y le mentaba a su madre, que había decidido traer al mundo a semejante inútil sobre el volante.

Quizá me esté pasando con la brillante conductora, pero señores, por un despiste como ese podríamos estar hablando de una desgracia, y sabiendo que mi chica iba detrás, no sé cómo hubiera reaccionado en caso de accidente. Prefiero no imaginarlo, porque me hierve la sangre.

Total, que tras lograr esquivarla, pitarle y gritarle hasta quedarme sin aliento, decidí parar para charlar y tratar tranquilizar a mi pobre artillera, la cual nunca se había encontrado en semejante situación. Yo sí, y la primera vez que te llevas un susto de verdad encima de la moto no es nada agradable, el corazón retumba en tu pecho y se te quiere salir por la boca, repiras rápido y entrecortado, tienes ganas de llorar y maldices la moto. Así que hablamos tranquilamente, traté de quitarle hierro al asunto y le expliqué que eso que acababa de ver y sufrir (homicidio involuntario lo llamaría yo) era el pan de cada día para un motero. Ella comentó que, a pesar del susto, estaba contenta por cómo había reaccionado yo y la moto. Así que tras tranquilizarnos, emprendimos la marcha de nuevo, a un ritmo más tranquilo y suave. Se me pasó la cabeza dar media vuelta y exprimir el motor de la V para dar caza al Almera y reprenderle con ganas, pero creí que eso solo empeoraría la situación, y mi chica se asustaría aún más. Y ese era una ruta para ella, así que decidí no estropearla y tirar millas. Si hubiera ido solo quizá ahora estaría pendiente de recibir una denuncia, quién sabe.

En fin, que ese borrón no logró ensombrecer la ruta que hicimos. Lo pasamos muy bien, sivió de "bautismo" a mi chica y en sus propias palabras le encantó la experiencia. Así que este finde, si el tiempo nos lo perpite, más!

Ah, y el próximo finde voy al circuito de Albacete con mi compi Ajo y nuestras respectivas. Prometo crónica :)

Un saludo, y gracias a los valientes lectores que hayan conseguido leer este pedazo de ladrillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario